Además de esparcir gérmenes que desencadenan peligrosas infecciones o enfermedades bacterianas en humanos, también existen algunas especies de moscas cuyas larvas son parásitas, es decir, dependen de un huésped para poder alimentarse y desarrollarse completamente.
Este proceso de infestación se denomina miasis, y consiste en la invasión de cualquier zona de la piel, formando dolorosos forúnculos con gusanos.
Según la página web https://www.moscas.info/, un portal en el que puedes encontrar mucha información concerniente a los dípteros; algunos de los tipos de moscas más conocidas son las negras (Simuliidae), las del vinagre (Drosphilidae), las domésticas (Muscidae), o las del venado y de los caballos (Tabanidae), sin embargo, las que realmente ocasionan parasitosis en animales de sangre caliente y humanos, son otras menos populares.
Entre estas últimas, destacan aquellas pertenecientes a los géneros: Dermatobia, Sarcophaga, Chrysomya, Lucila, Musca, Cochliomyia, Oestrus, Gastrophilus y muchas otras más.
Tipos de miasis producidas por las moscas
Gran parte de los casos de miasis ocurren en áreas endémicas de climas tropicales y subtropicales, desarrollándose así, tres tipos de infecciones parasitarias.
La primera de ellas es la parasitosis forunculosa, la cual se da luego de que las moscas desoven sobre otros invertebrados, como los mosquitos, o dejen sus huevos, por ejemplo, en prendas de vestir expuestas al aire libre, para que, al hacer contacto con la piel, surjan las larvas e invadan a su huésped.
Entre sus síntomas destacan: comezón, dolor, sensación de que algo se mueve en la piel, y la presencia de un forúnculo bacteriano con un punto.
En segundo lugar, está la miasis en heridas, que consiste en la infestación de las larvas que dejan las moscas sobre las lesiones expuestas.
Por otra parte, la infestación migratoria es aquella en la que los gusanos se mueven por debajo de la piel, cavando galerías y dejando lesiones.
Tratamientos para las infecciones parasitarias en la piel
Dependiendo de la clase de miasis que sea, se pueden determinar distintos tratamientos para las infecciones parasitarias en la piel.
Por ejemplo, cuando es de tipo forunculosa, se puede cerrar el conducto donde está inmersa la larva, pues necesita oxígeno y comúnmente trata de salir.
Esto se puede llevar a cabo empleando pasta de tabaco, esmalte de uñas o vaselina, pero posiblemente la larva muera y genere inflamación.
Otra manera es con intervención médica, realizando una pequeña incisión para extraerla, o suministrando una dosis oral de ivermectina o tópica, para obligarla a salir.
Los tratamientos para la miasis migratoria suelen ser parecidos a los anteriores, pero en las parasitosis por heridas, lo recomendable es irrigar la lesión.